Yo me pongo a montar una mosca y me sale un risco, pero mi primo es la de Dios.
Eloi Saavedra, del noble enclave de Pedroso, robusta tierra de recios ártabros, (muy cerquita de Ferrol, que siempre influye). Lleva toda la vida montándola. Con las moscas hace tiempo que discute, y con los riscos para el Xubia (también mi Xubia, que mi viejo es “semiribereño” y yo, casi).
Lo suyo es montarla, y bien, pero no había aterrizado en lo del salmón. Más ocurrió, amigos, ocurrió. Y no hay María Santísima que lo aguante.
El tío lleva un año montando moscas de salmón. Montando, bueno, y creando. De hecho ilustra a estas letras su nueva mosca “Río Lybica”, en honor al Xubia, ya que es su topónimo prerromano. Imagínense lo que habrá hablado Eloi con esta mosca. Si hasta se parece a él…
Cuando hablo con Mr. Saavedra, que es casi a diario, siempre acaba rompiéndome la cabeza con el anzuelo que no dobla ni con una grúa de Bazán, la pluma que parece la Calle Real de lo tiesa que está, y el pelo de corzo del color de la tierra de enfrente de la puerta pequeña del castillo de Narahío.
Lleva un año ¡sólo un año! Y es lo que más me preocupa.
El sábado quedó segundo en el concurso de El Corte Inglés. El jurado con Seoane o Porto, clásicos del montaje en Galicia, era de categoría. Chungo.
El año que viene va a por el primero, porque llevará dos años montando moscas de salmón, o sea, el doble de tiempo, y mirad la progresión del elemento.
Me queda otro año de escuchar lo de la brinca del color de los huevos de un grillo tísico, o el barniz que huele como el olor que me quedó en casa cuando vinieron los pintores que no acertaron con la pinturade las paredes.
Va a ser otro gran año.
Enhorabuena.
