viernes, 14 de mayo de 2010

Chove no Mandeo y cae en El Pozón





Jornada pasada por agua en el Mandeo, pero día con cena de gran parte de la cuadrilla incluida, que hace de papel secante tras la mañana "en canoa". Cena pasada por un poco de blanco "do noso" para degustar el primer salmón del río, esta noche, amigos y familia de Don Eloi Saavedra, que como sabéis lo sacó a mosca en miércoles 12 de mayo con la autoridad vigente y pescadores por doquier como séquito y apoyo.


Es un día grande, si bien en el río papamos una buena mojadura. Menos mal que ahora paparemos el premio. Mientras, por el Eo, un buen amigo y gran pescador, Claudio, pone en tierra otro pepino de unos siete kilos, en esta ocasión en El Pozón. El año pasado lo pescamos y acabamos hasta el pozo, pero hoy quiso ser justo con otro loco de la caña (mucha caña) como "Claudillo". Enhorabuena. Por el Mandeo, ya sabéis, a mal tiempo, buena cara. Me da que en los próximos días caerán dos casi seguidos. A ver quienes son los afortunados si el vaticinio se cumple, pero anda algún veterano con la mosca tras la oreja y dejando bajar el sedal de la miñoca. Yo me ausento de sus aguas unos meses, porque este menda no mandea (ni menda, que no se puede) hasta septiembre.


Ahora llega otro viaje, más iniciático, nos vamos al Camino. Santiago espera el viernes, si Dios quiere, y con la ayuda del Apóstol, al que nos encomendamos al empezar a caminar porque necesitamos refuerzos e isostar por un tubo. Curioso, salimos el lunes, día dedicado este año a Novoneyra, entonces también un poco dedicado ós eidos do meu Courel, el precioso Lor... Pero llega el Camino, y si no es pescando, que se intentará, sí será preguntando por los ríos y los peregrinos que en ellos pescaron. Pasaremos por el Miño cruzando Portomarín, besaremos el Ulla tras superar Ligonde, tocaremos el Furelos antes de entrar en Melide y rozaremos el Tambre hacia la Catedral, donde hace guardia el Sar.


Pero será otra historia. Antes, y con permiso de todos los amigos del blog, vamos a celebrar, con la ilusión de quien se sienta en un banquete de boda, un primero, el de Eloi, el del Mandeo, el que se pescó a mosca por primera vez... Es como el ritual indio de la comida del salmón. Nosotros, aunque no canadienses, somos también un poco "indios", pero eso no es malo. A ver si se nos pega algo de este querido pez tras celebrar con su noble deguste el que "la pesca no es el fin, sino el camino..."