sábado, 15 de mayo de 2010

Camino del Camino

Poned la música de Serrat, recitad las estrofas, o lo que queráis, pero esta pieza, Cantares, de Antonio Machado, me pone la piel de gallina. Me voy unos días, ya os contaré, porque lo grabaré. Me voy al Camino, a agradecerle a Dios, entre otras cosas, que me curase una enfermedad peliaguda hace unos años. Tengo mucho que agradecer, mucho que llorar de alegría, muchísimo. Me voy al Camino, con mayúsculas y hecho un manojo de esencias, nervios, vivencias...
Ahí voy, Santiago.
Te lo debo y lo voy a cumplir.
Voy con todo lo que tengo, con todo lo que soy.
Se hace camino al andar.

Cantares

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar...
Nunca perseguí la gloria,
ni dejar en la memoria de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles, como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse de sol y grana,
volar bajo el cielo azul,
temblar súbitamente y quebrarse...
Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso...

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."
Golpe a golpe, verso a verso.