Este sábado es la gran fiesta del Mandeo y, a pesar de que conseguir horas en temporada de trabajo es ciertamente complicado, por allí estaremos, aunque sea en el postre, pues así lo solicita un amigo. Ante tales peticiones la respuesta ha de ser inmediata y positiva.
A veces te encuentras tesoros en la vida, y mejor hacerlo con unos años encima, los valoras más.
Con José Luis Brandón me pasó eso, porque coincidimos desde el primer momento en nuestra forma de pensar y nuestros planteamientos vitales, la pesca, el Mandeo, nuestro querido Mandeo.
En el grupo guardamos hace un par de años unas camisas de Trueiro y MiguelPesca, como oro en paño, porque significan mucho para todo el colectivo, especialmente para Piñeiro y para mí, por razones obvias. Ahora son una especie de contrato vinculante no firmado, pero con los logos en el corazón.
El pasado sábado, aprovechando la celebración del Open y de que al de Catoira no se le escapa una, entregamos una camisa a Brandón. No es de Versace y en todo caso vale para hacer trapos, pero tiene un significado muy claro, como la canción que entonan los seguidores del Liverpool en Anfield: "You'll never walk alone". No hacen falta más palabras para un hombre del Mandeo.