martes, 22 de junio de 2010

Waldemar, mejor que fin de año


Hacía unos años que no iba a Waldemar. Es complicado para mí salir del periódico y los días de pesca van en el calendario meses antes, ya sabéis, hay que pillar el permiso en enero y si tienes una mudanza, como la mía, te jorobas si no puedes ir a Sinde y palmas nueve leuros del ala. Viva la Xunta. Pero este año tenía que ir por narices. Amén de por mi agradecimiento personal a Gayoso y familia (fueron fundamentales en el Camino de Santiago), Piñeiro me dijo "tienes que ir" y si Piñeiro lo dice es por algo. La primera mención de estas líneas tiene que ser para él. Y sé que no le gusta, pero la justicia es la justicia. Me tocó este año esta especie de pregón final que antes dieron el propio Miguel y Moralejo, ahí es nada. Según los que allí estaban me salió macanudo, y si salió bien es porque el mérito, todo, lo tiene el periodista de Catoira, que me marcó los tiempos en texto y fotografía. Yo sólo le puse chispa, porque de eso tengo, y poca vergüenza, que no tengo ninguna. Sin su ayuda no hubiera podido hacer el despliegue de imágenes y montajes porque, entre otras cosas, sigo con la jodi... mudanza.
La siguiente es para dos amigos. Quiero mostrar mi admiración absoluta para dos señores, dos caballeros: Rafa Bellas y Vicente Pico, O Natas y Papito. Son simplemente excepcionales. Cuando Miguel me presentó, en otra demostración de cariño que guardo dentro de mi alma para siempre, no podían suponer que mis fotos más "yutubistas" tendrían una continuidad con las de ellos. Otros se cabrearían. Ellos hicieron que la fiesta fuera completa. Nos puteamos a base de bien entre todos y quedamos para hacerlo, si es posible, a la mayor brevedad, por ejemplo el día tres de julio en el social del Xuvia. Excepcionales los dos.
De la competición poco se puede decir. Montoto está que se sale y se impuso con una enorme contundencia. Ganó en Cantabria y ahora en Waldemar. Es la punta de la flecha en la pesca a mosca gallega, pero ojo, que la flecha se va a convertir en lanza en breve, porque los Arcay, Cibeira, Abuín... pisan cada vez más fuerte.
Todo a pedir de boca, y nunca mejor dicho. Tras una cena que ni la de fin de año tomamos más copas que en fin de año y llegamos por la mañana al hotel, como en fin de año. De hecho el domingo yo no sabía ni que día era. Pasó lento y cansino en el calendario, con una enorme resaca, lógica por otra parte, porque, repito, ni fin de año... ¡qué carallo! Mejor que en fin de año.
Óscar, Mónica y familia (incluyo a Julito), enhorabuena, será difícil de superar.
Piñeiro, gracias, aunque ya se que no hace falta que lo escriba, pero ya sabes, tírame do aire. Eres el mejor, y punto.
Estos días hablaremos más de Waldemar, de Guy Roques, Moralejo, el alto Ulla, pero de entrada, una máxima particular:

Boa pesca
Bo xantar
Boa xente
Waldemar


Con respeto y gratitud

Reportaje, a la altura de la categoría del evento en:
http://www.miguelpesca.com/especiales%20waldemar2010.htm