viernes, 4 de junio de 2010

Esperando noticias del Mandeo

Cinco salmones ha dado el Mandeo en el mes de mayo, los suyos, sus cinco de cupo. Amén de las falcatruadas que se hacen en todos los ríos, y el coruñés no es una excepción, no se puede negar que entre los pescadores hay cierta expectación porque las capturas han salido pronto y siempre se pescan salmones ilegales en todos los ríos, aunque parece que aquí la cosa no llega a lo de otras cuencas. ¿Cómo está el Mandeo? Mal. Sigue muy mal.
Que no se nos nuble la vista al ver las cinco piezas fuera en unos días. Este río sigue en porcentajes muy bajos en lo que a salmón se refiere. No sé si será casualidad lo que los ríos "extintos" de salmón se convierten en tramos de reo caralludos, pero dejando atrás al rey. Lo cierto es que hablamos por suposiciones y cuatro datos. No mucho más. La escala de Chelo funciona pero hasta el momento no teníamos el aparataje para el conteo de salmones. Hace unos días comenzó su montaje y la guardería va a empezar a tener los datos que precisa y merece desde hace años. Que si el contador se fue a Piago, que si no se querían conocer las cifras. Ahora van a hablar los números, y ahí, simplemente, tendremos que asumir o la sorpresa negativa o la positiva, aunque particularmente firmo algo 'normalito'. Me daría con un canto en los dientes. Los números, como dice Alfonso Azuara, no se cuestionan, se comprueban. Ya hablaremos de cupos cuando sepamos lo que realmente hay en el Mandeo. Brindo con una aguita de La Grela por que desde Santiago se le siga haciendo un poquito más de caso al bueno del Mandeo y felicito a los que, desde la Consellería, por fin van a poner muchas cosas de este río en su sitio. Ahora, queridos compañeros de caña, si por Chelo no pasan muchos plateados, y digo muchos, porque no se puede extraer un tanto por ciento elevado de una especie en peligro, por sentido común, habrá que olvidarse, incluso de cupo, del Mandeo salmonero hasta que se recupere. Todo sea por el bien de un río en el que, como canta Siniestro, la lluvia es arte ¿o no?