martes, 20 de julio de 2010

Trueiro, en máquinas

Se ve, se siente, Trueiro está presente. Después del número de marzo, en un momento muy complicado para todos los sectores por la crisis galopante y parece que sin final, Trueiro tiene su edición garantizada y trabajamos en el número de septiembre. Nuevos anunciantes, otros que son fieles desde el principio y mucha imaginación, muchísima, elevada a 'ene', hacen posible este milagro, o esta chulería, como dice Joaquín España. El caso es que trabajamos ya en el número de septiembre con el cierre de la temporada, y también lo hacemos pensando en diciembre, marzo, julio... El periódico se mantiene en su formato editorial, páginas, tirada y ejemplares, aunque también os anticipo cambios en maquetación, retoques y más información exhaustiva del mundo de la pesca gallega. Hay muchas ideas, nos piden más páginas, más noticias de mar... Piano, piano. Poco a poco. Es un éxito de todos los pescadores gallegos y de las firmas que hacen posible la edición del periódico que en nuestra comunidad resista un xornal gratuito, con las mejores colaboraciones del sector, que muestran su apoyo porque, amén de ser amigos, son profesionales comprometidos y, como todos nosotros, locos de la pesca.
Aunque en agosto descansaremos, ya hay mucho avanzado para entrar en septiembre en la redacción y, a finales de temporada, en la rotativa. Además, en estos momentos se analiza por parte del consejo de dirección del periódico quienes son los que merecen esta temporada los galardones del xornal. ya sabéis, los que llevan1l el nombre de las cuatro primeras portadas, el premio Línea tensa, Donde hay que estar, ¿Qué pasa?, A Nosa, y el premio Trueiro.
En fin, es un motivo de celebración y por eso nos reuniremos un grupo de amigos, mañana, a darle al diente en Chef-Zulú, un conocido restaurante privado de la zona de Muros en el que su director de cocina nos deleitará, según parece, con chuletas de brontosaurio. Yo, por mi parte, cuando estemos en la época buena de comprarlos, voy a invitar a mis amigos a un capón de Vilalba, un manjar de la tierra. Se me hace la boca agua.