Un año más, por motivos de trabajo, que siempre son buenos motivos, aunque a veces fastidian, no puedo estar en León en una tradicional reunión de amigos al amparo y cobijo de un gran anfitrión, Luis Agüeria y su guardia pretoriana, los hermanos Bao, Carlos y Miguel. Hace ya algún tiempo que conozco a esta querida cuadrilla y echo mucho de menos pasar más horas con ellos. Con Luis me ocurre algo especial, lo veo, meses después, nos damos un abrazo franco, de los de verdad, y parece que fue ayer cuando entonamos juntos una canción alegre y animosa con una copa en la mano. Me fastidia no aterrizar en la noble tierra leonea, pero es como si estuviera, porque están los míos. Miguel, Juan José, Joaquín... Van a pescar bien y, sobre todo, a estar bien. Además probarán las nuevas cañas de Thinkfish. No sé cómo haré para poder empuñar una, pero después de pescar con el Bold (carrete que ya no cambio ni de coña y con el que pesco siempre, donde sea) me imagino que las cañas tienen que ser la de Dios. Son buenos amigos, pero también son buena empresa, y estas dos virtudes no se juntan en demasiadas ocasiones. Pasadlo bien, compañeros, y ya me contaréis el lunes... Eso sí, un par de ellas levantadlas por mí (cañas, y truchas también).
Y recordad el lema... "Comimos duro, bebimos fuerte, y le enseñamos los cojones a la muerte"