El maestro Julio Seijas se impuso en el Santiaguiño do Monte. No me puedo prodigar yo en estas reuniones como quisiera, pero pude estar unos días antes por Padrón en su "entrenamiento" inmersos en las aguas del Sar. Pobre Sar. Tiene mierda para aburrir, y eso que la sociedad de Padrón, Latorre, saca kilos y quintales. Aún así, necesitarían mil socios para limpiar el río. Río que, además, se secó, como el de Rois, que casi no llevaba agua. Empezamos a ver caudales muy bajos.
Pero el caso es que, con una impecable organización como siempre, se celebró el Santiaguiño do Monte en Padrón, en un caluroso día de junio, y ganó Julio.
Seijas defenderá su puesto en el Open del 3 de septiembre y peleará con lo más granado para hacerse con el primer puesto.
Y vuelvo ahora con lo del "entrenamiento". Fue, más bien, una jornada de pesca a la que se sumaron amigos. Desde luego no tuvo nada que ver con el tórrido día que pasaron los pobres pescadores del Santiaguiño. Aplanaba y no hubo que llevar oxígeno de milagro. Julito vuelve a las andadas. Me falta Gayoso, que está afinando el violín para las mejores serenatas.
Hay pescadores que deberían estar siempre, por ejemplo, en las selecciones.
De hecho, en el futuro, quizá el mejor método para afrontar los nacionales sea el de contar con un seleccionador, como en el fútbol (por ejemplo).
¿No queréis los competidores que cada vez este deporte sea más profesional? Si se han de seguir los parámetros habituales quizá se deba pensar en un seleccionador, eso sí, con la competición local como base para escoger y dejando al margen el día de "berza o chiripa" que todos tienen.
Un jugador del Depor 'se equivocó' y un día metió un golazo que valió tres puntos. Del Bosque no lo llevó a la convocatoria nacional. Siguió apostando por Torres a pesar de que llevaba un mes sin marcar. ¿Vale el ejemplo?