Se ha hecho de la cofradía, de la cuadrilla de pesca. Una más de la familia.
Se ha zambullido en todos los ríos en los que yo me zambullo y los ríos la han conquistado. Pero yo, que soy más celoso que el de la canción de los Desertores, les digo 'gracias' al Mandeo, Eo, por haberla atrapado como, un día, hicieron conmigo.
Nos vamos al Ulla, a despedir la temporada con los mejores amigos que tenemos, como todos los años. Utilizamos Juani y yo unas rutinas anuales que son gloria bendita para el alma, y una de ellas es estar mañana en Couso y pasado en Ximonde. Pescando, haciendo fotos pero, sobre todo, siendo muy felices y comiendo una riquísima croca a falta de perdices que, podéis creerme. Las comemos desde que nos conocimos.