Todos los años aparece un salmón debajo del Puente de San Tirso, en el Eo. Mide dos metros y pesa veinticinco kilos. Casi nada. Siempre se habla de ese salmón que nadie puede coger. Es una especie de truco 'publicitario' para animar al pescador, para que no deje de ir y haga uso de sus permisos. Lógico. Hay un sector pegado al Eo, en donde Asturias y Galicia se besan y tienen hasta collunda, que consigue una parte importante de sus beneficios anuales gracias a lo que mueve la pesca del salmón. Pero este año no hay truco. Los vio uno de mis médicos preferidos, 'Mundito', el doctor de A Pontenova, que entre otras cosas me ha recetado una nueva pastilla para el colesterol y unas moscas para el disfrute. Se vieron peces de menor porte, 'abrileños', que dicen los veteranos, pero entre ellos algún que otro 'pepino'.
De hecho, mi ganchero favorito, Pepe Molejón, dice alto y claro que el día uno, en el arranque, cae un plateado en A Volta con toda seguridad. Nosotros tenemos Gonzalvo el día 3 y Salmeán (el bueno) el día 4. Estreitos queda para el 6, eso sí, sin muerte.
Las imágenes son de la zona del Puente de San Tirso donde, dicen, hay salmones esperando.
A ver si hay suerte. De la misma forma os la deseo a todos los que tenéis permisos en el fantástico Eo esta temporada.
