Llegamos a las once y media con la hora cambiada, o sea que se a media mañana. Marea subiendo, pegamos dos lances dobles, al segundo, en la caña de la izquierda, catapún.
Picada 'pequeñita' y bicho enorme. 6,5 kilos de róbalo, una hembra desovada, me dijo otro pescador. Los 20 primeros metros los pescó Albertiño hasta que le cansó el brazo. Venía bien clavada aunque en tierra se me rompió el anzuelo, pero los últimos quince no fallamos y la quitamos del agua como pudimos. Era enorme, le vimos la aleta de fuera y nos quedamos con la boca abierta, otra historia pescarlas en ría que en playa. Qué mañana. Hemos tenido mucha suerte. Pero había que tener la tita en el canal por donde pasa la suerte.
Aquí la tenéis con el pedazo de pescador que el sábado cumplió 8 años. Menudo regalo de cumpleaños para Alberto.
Sonrisa y pacto de pescadores. Fuimos a que nos la pesaran y a tomar el refresco de la victoria como Dios manda.
